Lima, Perú, March 9, 2022 — El Comité Internacional de Rescate (IRC, por sus siglas en inglés) anunció el inicio de operaciones en Perú, ya que se ha convertido en uno de los principales países de acogida para las personas venezolanas desplazadas.
Más de un millón de personas venezolanas han intentado restablecerse en Perú desde 2016. Convirtiéndose en el país de acogida con la segunda población de personas venezolanas más grande de Sudamérica, las condiciones de vida para esta población se han vuelto más retadoras como consecuencia de la pandemia. El cierre de las fronteras de Perú como medidas de contención del COVID-19 (lo cual limitó la movilidad de las personas) y la ralentización económica que ha limitado las oportunidades de empleo formal e informal, han sido barreras para que las personas venezolanas puedan acceder a alimentación y vivienda. Tener una vida saludable también ha sido un reto, pues la mayoría vive en hogares sobrepoblados y para otros la única opción es dormir en la calle.
Marianne Menjivar, directora del IRC para la respuesta a la crisis de venezuela comentó:
La vida continúa siendo extremadamente difícil para las personas venezolanas, incluso luego de llegar a países vecinos. A pesar de que países como Perú han acogido a un gran número (incluso cuando el financiamiento y apoyo internacional son insuficientes) el sistema nacional está sobrecargado, creando más barreras para que puedan cubrir sus necesidades más urgentes.
Hacemos un llamado a la comunidad internacional a designar financiamiento suficiente que permita desarrollar una respuesta integral que cubra las necesidades de las personas venezolanas en donde se encuentren. Sin el apoyo de la comunidad internacional, incluyendo países donantes y bancos de desarrollo, esta crisis corre el riesgo de convertirse en una crisis olvidada.
Principales necesidades de las personas venezolanas en Perú
A finales de 2021, el IRC lideró una evaluación de necesidades en Perú para identificar las más críticas de las personas venezolanas e informar la expansión de su respuesta. Esta evaluación estuvo basada en entrevistas a 900 familias venezolanas para entender sus necesidades principales. El IRC identificó cinco necesidades principales, similares a las diagnosticadas en Ecuador pero con diferente orden de prioridad:
- Dinero. De las familias entrevistadas, el 71% mencionó el apoyo económico en su lista de necesidades. Aunque más de la mitad de los miembros familiares reportaron contribuir económicamente a través de trabajos informales (45%) o formales (35%), 1 de cada 5 familias aseguró usar ahorros para cubrir gastos. El uso de ahorros estuvo relacionado principalmente a afectaciones del COVID-19, ya que la mayoría del dinero obtenido antes de la pandemia y estaba destinado para enviar a familiares o para retornar a Venezuela. El promedio de ingresos para estas familias es de $79 dólares a la semana cuando la línea de pobreza en Perú está en $88 dólares. El 46% de las familias entrevistadas viven por debajo de esta línea de pobreza.
- Alimentación. Esta necesidad fue identificada como prioridad por el 58% de las familias. Aunque 8 de cada 10 personas reportaron comprar comida con efectivo, 1 de 4 aseguró recurrir a estrategias de afrontamiento como la mendicidad; recibir asistencia humanitaria; pedir ayuda a vecinos, amigos o familiares o incluso ir a un comedor comunitario. El índice de estrategias de afrontamiento reducido (RCSI, por sus siglas en inglés) es una medida global estándar que ayuda a entender los niveles de inseguridad alimentaria y se basa en la frecuencia en que las familias participan en mecanismos de afrontamiento como reducir el tamaño y frecuencia de los alimentos. Un puntaje más arriba de 10 es considerado un nivel de afrontamiento severo; las familias entrevistadas por el IRC obtuvieron un puntaje de 14.
- Medicamentos. A pesar de que el acceso a la atención médica fue considerada como la quinta necesidad mas primordial, el 38% de las personas aseguró que el acceso a medicamentos es una de las necesidades principales convirtiéndose en la tercera más crucial.
- Condiciones de trabajo seguras. Enlistada por el 34% de las familias. Según grupos focales, los y las participantes mencionaron problemas relacionados con la extorsión laboral, incluyendo la falta de garantías para recibir su salario, salarios no correspondientes con las horas trabajadas, altos riesgos de accidentes y falta de acceso a un seguro médico.
- Atención médica. El 33% de las personas incluyó esta necesidad en su lista teniendo en cuenta que el acceso a la salud para las personas de Venezuela en Perú es complejo. Aunque servicios de emergencia y atención a niños menores de 5 años, así como a mujeres embarazadas o madres hasta 42 días después de dar a luz son proveídos para aquellas personas que pueden mostrar algún tipo de identificación bajo el Sistema de Salud Integral, únicamente aquellos con un tipo específico de tarjeta de residencia pueden acceder al sistema para necesidades adicionales. Se estima que solo el 10% de las personas venezolanas en Perú cumplen con este criterio.
Además de las cinco necesidades principales, las familias venezolanas resaltaron una preocupación por la protección de los niños. El principal riesgo es el trabajo infantil (60%) seguido de la violencia fisica (39%) y abuso sexual (28%). También fueron identificados problemas de protección hacia la mujer, principalmente riesgos relacionados con la violencia de género manifestada en actos violentos en espacios públicos como el acoso callejero, tocamientos y ofrecimiento de dinero por parte de extraños a mujeres que se encontraban realizando alguna actividad económica no asociada con el trabajo sexual.
Un respuesta basada en la población
Siguiendo la expansión de IRC en Ecuador y con los resultados de la evaluación de necesidades, el IRC diseñó una estrategia para brindar una respuesta holística y oportuna en apoyo a las personas venezolanas donde más lo necesitan, ahora en Perú. Habiendo iniciado operaciones a principios de 2022 (y continuando el despliegue durante el año) la respuesta del IRC en Perú se enfocará en brindar asistencia a las personas con mayor riesgo de morbilidad y mortalidad incluyendo personas gestantes, niñas, adolescentes, niños y niñas que han sido separadas de sus familias, personas de la tercera edad, personas con discapacidad y miembros de la comunidad LGBTQ+. La respuesta será implementada en Tumbes, Piura y Lima con tres líneas de acción:
- Protección. El IRC implementará actividades para asegurar que niñas, niños, mujeres y otros miembros de la familia en riesgo estén a salvo y reciban apoyo cuando sufran daños. Estas actividades de protección se enfocarán en dos vías complementarias para garantizar la seguridad y el bienestar de estas familias: la prevención y respuesta a la violencia y abordar sus causas raíz.
- Salud. Las actividades que IRC implementará se enfocarán en facilitar y complementar el acceso integral, oportuno y de calidad a servicios de salud primaria, reproductiva y sexual. Esta estrategia será gestionada en coordinación con autoridades regionales del gobierno y otros actores claves que tienen una relación con las comunidades, incluyendo líderes religiosos, organizaciones locales, grupos de mujeres, la sociedad civil, fundaciones y asociaciones de personas venezolanas.
- Acceso a necesidades básicas. El IRC abordará las necesidades básicas de las personas venezolanas a través de asistencia de efectivo, empoderándolas a elegir cómo cubrir sus necesidades prioritarias a la par que incrementan las eficiencias, se apoya a actores locales y estimulan las economías locales.
Sobre la respuesta del IRC a la crisis de Venezuela
El IRC brinda una respuesta colectiva para apoyar a los venezolanos de manera integral y oportuna donde más lo necesitan: con programas con un modelo mixto de alianzas con organizaciones locales e implementación directa en Colombia, Ecuador y ahora Perú y brindando apoyo a las poblaciones vulnerables a través de organizaciones locales en Venezuela. En 2020, el IRC brindó asistencia a más de 87,000 venezolanos.