Nueva York, NY, May 12, 2022 — A pesar de las necesidades humanitarias urgentes que tienen 7 millones de venezolanos dentro del país, y los desafíos que enfrentan los 6 millones que se han ido en las comunidades de acogida, el apoyo y financiamiento de la comunidad internacional han sido insuficientes, advierte el Comité Internacional de Rescate (IRC, por sus siglas en inglés).
En toda América Latina, múltiples crisis humanitarias superpuestas y la falta de soluciones colaborativas continúan haciendo que millones de personas sufran el deterioro de las condiciones de vida y obligan a muchos a desplazarse en busca de seguridad y protección. Para abordar las emergencias actuales en la región, incluida la que enfrentan los venezolanos, se requiere una respuesta integral y armonizada. De cara a la Cumbre de las Américas, se espera que los países participantes firmen una declaración regional sobre migración y protección. Mientras los estados de las Américas negocian la aplicación de este acuerdo, el IRC recomienda que:
- Los donantes y los estados anfitriones acuerden compromisos concretos sobre financiamiento y responsabilidad compartida, además de la creación de un marco para la armonización de las políticas migratorias en toda la región. Dichas políticas deben acordarse con aportes sólidos de la sociedad civil, comprendiendo aspectos como la protección; documentación; acceso a la educación, el trabajo y la atención de la salud; y rutas hacia la regularización.
- Las instituciones financieras internacionales incorporen lecciones aprendidas de iniciativas de pactos financiadas y apoyadas multilateralmente en otras emergencias humanitarias y de protección a las respuestas en América Latina.
- Se fomente la participación de donantes no estadounidenses, promovida por actores como ACNUR, el Banco Mundial y los Estados Unidos para fortalecer las respuestas humanitarias en América Latina.
Meghan Lopez, Vicepresidenta Regional para América Latina en el Comité Internacional de Rescate (IRC), dijo:
A medida que continúan las negociaciones sobre desplazamiento y migración entre las autoridades latinoamericanas y estadounidenses antes de la Cumbre de las Américas, hacemos un llamado al desarrollo de una respuesta regional armonizada a las crisis humanitarias que afectan a la región, incluida la que enfrentan los venezolanos.
Países latinoamericanos como Colombia, Ecuador y Perú han asumido la respuesta a las necesidades de los venezolanos a pesar del insuficiente apoyo de la comunidad internacional. Por ejemplo, en 2021, solo se financió el 40% de lo requerido por el Plan de Respuesta Humanitaria de Venezuela. Mientras tanto, México continúa recibiendo a quienes buscan seguridad desde países de toda América Latina e incluso más allá, incluidos miles de venezolanos. Con el tercer mayor número de solicitudes de asilo el año pasado, México enfrenta desafíos para poder brindar seguridad y apoyo a quienes lo necesitan, considerando que incluso la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) carecía radicalmente de personal el año pasado. Dado que EE. UU. se ha convertido en el mayor donante, proporcionando el 66 % de los fondos obtenidos para los seis Planes de Respuesta Humanitaria y para Refugiados y Migrantes de la región en 2021, por ejemplo, existe la oportunidad de liderar la respuesta a una situación que amenaza la estabilidad en la región. .
La organización de un pacto es crucial para reunir a los donantes, incluidos los donantes no estadounidenses, y las instituciones financieras internacionales para impulsar el financiamiento a largo plazo para la respuesta, estandarizar las políticas en los países anfitriones y unir a la comunidad mundial para abordar una crisis que de otro modo podría ser olvidado.
Retos para venezolanos hacia el futuro
En el reporte 2022 Emergency Watchlist, el IRC identificó a Venezuela como uno de los 20 países con mayor riesgo de experimentar un deterioro significativo en sus condiciones humanitarias durante el año en curso. Según el informe del IRC, más de 7 millones de venezolanos en el país necesitan ayuda, enfrentando riesgos que van desde la escalada del conflicto resultante de los enfrentamientos entre las fuerzas nacionales y grupos armados no estatales, hasta el aumento del hambre y los efectos del COVID-19 sobre la economía e incluso el sistema de salud.
Pero las dificultades para los venezolanos continúan incluso después de llegar a las comunidades de acogida. Si bien los países latinoamericanos han recibido a una gran cantidad de venezolanos, una combinación de políticas de inmigración discrepantes y sistemas nacionales sobrecargados están ejerciendo presión sobre su capacidad de respuesta:
- En Colombia, que aún se está recuperando de su propio conflicto armado, se espera que 7.7 millones de personas se encuentren en necesidad humanitaria durante 2022. A pesar de las políticas de protección y regularización del país, que incluyen el establecimiento de un Estatuto de Protección Temporal, los venezolanos aún podrían encontrar brechas como el analfabetismo digital o la falta de documentación para acceder a estos mecanismos o incluso a servicios básicos, como la salud y la educación.
- Perú, el segundo anfitrión más grande, ha visto cómo las consecuencias relacionadas con el COVID-19 empeoran las condiciones de vida de los venezolanos en el país. Según una evaluación realizada por el IRC a fines de 2021, los venezolanos enfrentan necesidades extremas relacionadas con oportunidades justas y seguras de generación de ingresos, seguridad alimentaria y acceso a atención médica y medicamentos.
- En Ecuador, el tercer anfitrión más grande con más de 500,000 venezolanos, el acceso a oportunidades de subsistencia y servicios básicos es una lucha diaria. El aumento de la xenofobia es otro obstáculo: el 56% de las personas encuestadas por el IRC informaron haberla experimentado al menos una vez.
La respuesta del IRC a la crisis de Venezuela
El IRC está en campo brindando una respuesta colectiva para apoyar a los venezolanos de manera holística y oportuna donde más lo necesitan: implementando programas con un modelo mixto de alianzas con organizaciones locales e implementación directa en Colombia, Ecuador y Perú, y brindando apoyo a las poblaciones en riesgo a través de organizaciones locales en Venezuela.