Ciudad de Panamá, Panamá, December 9, 2021 — Con más de 124,000 personas desplazadas que han cruzado el Tapón del Darién, una zona selvática en la frontera entre Colombia y Panamá, desde enero de 2021, el Comité Internacional de Rescate (IRC, por sus siglas en inglés) llama a la cooperación internacional para responder a las necesidades críticas identificadas durante una reciente misión de exploración.
Meghan Lopez, Vicepresidenta Regional para América Latina del IRC, dijo:
“La situación actual en el Tapón del Darién es un síntoma de crisis humanitarias en América Latina (e incluso en otros continentes) que están alcanzando escalas nunca antes vistas. La región ha tenido un papel histórico en las rutas migratorias de todo el mundo, que ahora sirven como válvulas de escape ante nuevas y crecientes crisis. Es fundamental responder a tales crisis, brindando a las personas opciones para encontrar seguridad en casa, así como en tránsito o en su destino, según sea necesario. Para lograr esto, es necesario desarrollar una respuesta integral y regional que incorpore un enfoque humanitario, respaldado por financiamiento internacional, no solamente local, para abordar las causas fundamentales de la migración en los países de origen y brindar servicios de protección en el camino."
La investigación del IRC se basó en entrevistas con actores locales, incluidos líderes comunitarios, e incorporó datos de instituciones como el Servicio Nacional de Migración de Panamá. Como parte de los datos recopilados, el IRC identificó las principales nacionalidades de las personas que habían cruzado entre enero y noviembre de 2021:
- 64% fueron haitianos, la mayoría de los cuales buscó seguridad en Brasil y Chile en años previos.
- 11% fueron cubanos.
- 8% fueron descritos como chilenos y 7% como brasileños, la mayoría hijos e hijas de solicitantes de asilo de Haití.
Aunque Panamá está tomando medidas y algunas organizaciones están entregando ayuda actualmente, la magnitud de la crisis ha ejercido presión sobre la capacidad de respuesta. Entre diferentes necesidades, el IRC identificó tres que son críticas:
- Fortalecimiento de capacidades de los sistemas locales a través de un enfoque humanitario. Es necesario continuar apoyando los sistemas locales, incluidas las agencias gubernamentales y las organizaciones locales, a través de un enfoque centrado en la protección y el intercambio de capacidad técnica sobre los estándares internacionales de protección. Este enfoque permitiría el diseño de una programación que evolucione de un marco de seguridad fronteriza a una respuesta humanitaria integrada que satisfaga las necesidades de los más vulnerables, incluida la gestión de casos de niños no acompañados.
- Asistencia para cubrir necesidades básicas. Las personas en movimiento carecen de acceso a servicios críticos, incluidos alimentos, medicamentos, refugio, agua potable, instalaciones de saneamiento y más. Al entregar ayuda a través de la colaboración multisectorial, considerando la incorporación de vales multipropósito, se puede empoderar a los solicitantes de asilo con recursos para adquirir artículos adaptados a sus necesidades prioritarias, al tiempo que contribuyen a la economía de los lugares donde se encuentran.
- Acceso a información crítica. Las personas obligadas a desplazarse reportaron tener dificultades para acceder a información veraz y fiable en momentos clave de toma de decisiones, tanto en sus lugares de origen como a lo largo de la ruta. Necesitan acceso a fuentes precisas de información sobre aspectos como riesgos de protección o servicios disponibles, así como alternativas de conectividad (como Internet y servicios telefónicos); sin embargo, actualmente no existe ninguna organización que brinde servicios de información a esta escala. La falta de acceso a los servicios oficiales de información conduce a las personas a depender de terceros que a menudo son poco confiables (incluidos los traficantes de personas), lo que aumenta el riesgo de ser guiados a cruces fronterizos ilegales y agrava su vulnerabilidad.
Más sobre la crisis en el Tapón del Darién
Las rutas migratorias a través de América Latina han existido durante décadas, incluso siglos, pero recientemente se han vuelto cada vez más transitadas, politizadas y peligrosas. Uno de los caminos más abrumadores es el Tapón del Darién, ubicado en la frontera entre Panamá y Colombia, que solía ser cruzado por 10,000 a 20,000 personas cada año. En 2021, sin embargo, ha habido un aumento exponencial, con más de 124,000 personas habiendo cruzado la jungla a noviembre
Múltiples factores y el deterioro de las condiciones de vida, incluida la triple amenaza del COVID-19, el conflicto y el cambio climático, han impulsado el aumento del número de personas obligadas a desplazarse. Entre la población encontrada en el Tapón del Darién, el IRC identificó como las principales razones:
- Políticas migratorias más estrictas en países de América del Sur. Estas políticas afectaron principalmente a los haitianos que habían buscado seguridad en Brasil y Chile después del terremoto de 2010.
- Racismo y xenofobia persistentes. En los primeros países donde buscaron seguridad, los haitianos han sido objeto de discriminación racial y de género generalizadas, a la par de encontrarse con barreras del idioma.
- Reapertura de fronteras internacionales. La relajación de las restricciones fronterizas a principios de 2021 permitió a las familias emprender su camino hacia el norte.
- Información errónea sobre el Estatuto de Protección Temporal para haitianos en Estados Unidos. La gente pensó que este mecanismo de protección se aplicaría a quienes viven fuera de los EE. UU., debido a la desinformación basada en rumores compartidos “de boca en boca”.
- Impactos socioeconómicos del COVID-19. La economía se estancó durante la pandemia, lo que provocó un aumento de los niveles de desempleo, especialmente entre las personas trabajando en el sector informal.
Más detalles de la investigación del IRC pueden ser compartidos bajo solicitud contactando a [email protected]